La cronica pendiente de Jose Antonio Urdapilleta




La crónica es un género literario, desarrollado en textos que recopilan de hechos históricos o importantes narrados en orden cronológico, de khronos tiempo su origen, cuando los grandes cronistas parten es lugar común mencionar “¿como hubiera narrado su funeral?”, este lunes 10 de octubre un naciente otoño capitalino se teñía gris casi negro por el descenso de José Antonio Urdapilleta Pérez, Cronista y Coordinador de los Pueblos y Barrios de Azcapotzalco, dramaturgo, cantante, pintor, amigo, pero sobre todo amigo, dejándonos entre sus deudos esa pregunta, ese ejercicio, del cual fue nuestro maestro.

Fue recibido para presentarle homenaje de cuerpo presente en la Casa de la Cultura de Azcapotzalco, que mejor lugar, espacio que representa el pasado glorioso y futuro en resistencia de los pueblos tepanecas. Ahí en esa construcción colonial de grandes vigones, recordé que en otra construcción de este tipo en el centro de la Ciudad de Mexico,, las ex capillas de San Antonio y El Rosario de las calles de Venustiano Carranza y Eje Central, lo conocía siendo una especie de novatada a la meritoria el darle respuesta respecto al uso de los glifos que él había reconstruido, noto mi tensión y su humor políticamente incorrecto hizo que naciera una amistad, fue el quien me presento este abril en mi primer acto de campaña a la Asamblea Constituyente.

Su sorpresiva partida de este plano, reafirmo mi tradición, la que me contaba mi tía sobre que el tiempo no se detiene, es continuo e infinito, de que hay otro en el que vemos todo y nos pondremos al día cuando la muerte nos vuelva a unir, y retomando ese pensamiento, espero que cuando me encuentre con Toño me diga “Nelly, como pudo llevarme rosas al velorio, Usted está para retomar lo nuestro, las rosas fueron traídas por los españoles, mira que Fabiola uso el rojo y negro, de sangre y tinta muy correctamente” bromeare con que “oí “La Martiniana” prueba de la supremacía oaxaqueña”, esperare ese día para que felicites a la generación de jóvenes que estabas formando y con quien conspirabas por la cultura, el territorio, las tradiciones y la memoria, que llevaron muy dignamente tu féretro, y condujeron la palabra en tu homenaje, “los Cazares a la altura como buenos tuxpanecas”. También la fortaleza de tu padre Don Antonio.

Me reclamaras haberme salido cuando hablaba el delegado, -falta de educación- dirás, en mi defensa alegare que estar en Villa de Azcapotzalco y no ir por un tamal de mantequilla al Mazda, tu Mazda, iba a ser un pecado capital. Hasta el día que vuelva a ver y oír tu crónica, hasta ese día, Querido Toño.

Comentarios

  1. Gracias. Por está crónica. Que es un. Recuerdo nm muy bonito. Gracias. Nelly

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